En Ribiers, en los Alpes, en el sur de Francia, nuestras familias viven desde siempre entre rediles y pastos de montaña, vergeles y campos, huertos y talleres. En esta Alta Provenza, con sus inviernos duros y veranos a veces caniculares, en este país famoso por sus corderos, se vive en y con la naturaleza.
La familia Giovale proviene de una larga saga de agricultores. Campesinos habituados al trabajo, muy versátiles y con curiosidad por todo. Jean Giovale, el padre de Éric, empezó a proporcionar estiércol de sus pastos alpinos a los campesinos de Provenza a principios de la década de 1960. Poco a poco, la actividad se fue estructurando y en 1974 aparecieron los primeros sacos de abono ovino. Durante sus estudios comerciales en Montpellier, Éric crea la marca OvinAlp e innova « colocando en envases » este producto ancestral, el estiércol ovino, reconocido por sus cualidades agronómicas. En 1988, construye la primera unidad de producción de OvinAlp.
Fertilizar es un bonito oficio. Proponer soluciones agronómicas muy eficaces, es un oficio aún mejor. Cada día, agricultores exigentes utilizan los fertilizantes OvinAlp. Viticultores, horticultores, arboricultores… todos forman parte de la excelencia de sus resultados en términos de calidad y de productividad. Todos manifiestan su gusto por trabajar productos con verdadera trazabilidad, sanos y duraderos, procedentes de una tradición milenaria. Hoy en día, con la ayuda de Mathieu y Bastien (la nueva generación) y de sus equipos, Éric y Chantal Giovale, continúan la labor iniciada defendiendo esta tradición viva.